Bancal de la Arena

La Playa del Bancal de la Arena (Bancal de l'arena) se sitúa cerca del Cabo de Santa Pola y junto a las Calas de l’Aljub, Calas del Cuartel y la Playa de la Ermita, formando el conjunto de Calas del Cabo. La Playa está situada en la zona recreativa del Bancal de la Arena, cuenta con servicios correspondientes a la misma y dispone de chiringuito. El grado de ocupación es medio y esta situada en una zona de alto valor medioambiental y paisajístico.

 Como es tradicional, el Ayuntamiento de Santa Pola suele disponer cuarenta parcelas en el área recreativa del Bancal de la Arena para que puedan ser ocupadas por campistas durante las vacaciones de Semana Santa. El número de ocupantes de cada parcela será de cuatro como máximo. Tres de ellos deben estar inscritos en el padrón municipal de habitantes, y al menos uno debe ser mayor de edad.





Canto al Bancal de la Arena, por Diego García Castaño, publicado en Diario Información, 24 / 09/ 2010
Por lo bien que se pasa el verano, bañándose en el Bancal de la Arena, en esa playa del faro serena que con el Caribe se da la mano, haremos un poco de historia sobre tan privilegiado lugar de Santa Pola.
Cuando con el transcurrir secular del tiempo, rememoramos al patriarca de una de las familias más conocidas de Santa Pola, la de los moniatos, lo primero que nos viene a la mente es que al despertar el día, en ese pequeño poblado en el que se conocían todos sus ciudadanos, alguien, el patriarca, aparejaba con esmero a su burrita y montándose a su lomo cruzaba, en sentido contrario al movimiento aparente y diurno del sol, el pueblo saludando a diestro y siniestro.
Tras pasar por el castillo, se metía por caminos, senderos y veredas limítrofes con las actuales avenidas Santiago Bernabeu, Santa Pola del Este y la Cadena, que es normalmente el fin del trayecto de los andariegos de hoy día.
Después se dirigía a sus propiedades del Bancal de la Arena, donde disponía de dos habitáculos, de dos cuevas u oquedades pétreas habilitadas, respectivamente, para él y su burrita. Estos dos, llamémosles, refugios los utilizaba para descansar, para huir del sol del mediodía y para preservarse, él y su burrita, de las inclemencias del tiempo, de las lluvias torrenciales que desparramaban con abundancia el agua por inesperadas cataratas que nacían en lo más alto de la sierra a modo de torrenteras.
Él se ocupaba de sus higueras y de sus plantaciones hortícolas que sacaba adelante, de una tierra fértil, con trabajo y esfuerzo.
Elche y Santa Pola, por decirlo de alguna forma, son ciudades complementarias y hermanas, y en el caso que nos ocupa, tendieron un nuevo nexo de unión entre ellas al casarse un descendiente del citado patriarca, que fue un carismático y afamado curandero, con la abuela materna de mi esposa.
La modernidad de los parapentes nos hace soñar con pájaros multicolores o cometas que festejan su vuelo por todo lo alto del perfil, en forma de campana de Gauss, del peñón del faro.
Recordamos con agrado, por ejemplo, ese vuelo rasante del planear de los parapentes, que tiñen de color cumbres y mentes y el cielo que se pone por delante.
En el Bancal de la Arena y en esa playa preciosa, de cristal, que la enfronta, hay sombra varias horas antes de ocultarse el sol, la que arroja el peñón, por lo que estando el astro rey bastante alto y Tabarca recibiendo sus rayos que la iluminan por completo, en el Bancal de la Arena se puede uno bañar sin protección solar u otros artilugios.
Así que, en su agua cristalina, acrisolada al fin por los bañistas que entienden que es suave y fina, se bañan en el Bancal de la Arena, con aguas claras y mejores vistas, ciudadanos que rebasan la Cadena, o sea, "el fin de trayecto de los andariegos de hoy día".




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Blog realizado por los alumnos de 3º ESO D (AREX) del IES SANTA POLA. www.iessantapola.es